
El pan es uno de los alimentos preferidos por la mayoría de las personas, su versatilidad encanta a los comensales, pero ¿alguna vez te has preguntando de dónde provino? descúbrelo en esta breve historia del pan.
¿De dónde proviene el pan?
De acuerdo con los registros históricos, se dice que el pan surgió por cuestiones de azar cuando un hombre durante el período Neolítico preparó una especie de papilla con semillas y cereales, pero se olvidó de ella y sin intención alguna la dejó al sol por un rato.
Cuando regresó, encontró una torta granulada de consistencia seca y forma aplastada. Los expertos dicen que esta fue la primera manifestación del pan en la historia.
A partir de ese momento, el pan ha ido evolucionando de la misma manera en que lo ha hecho la humanidad. Este alimento ha estado presente en las conquistas los descubrimientos y las revoluciones más importantes de la historia. Parece increíble que de aquella sencilla torta que se hizo sin intención alguna, hoy en día existen más de 300 variedades que encantan a los paladares de todo el mundo.
La evolución del pan en la historia
Más adelante en la historia, se tiene conocimiento de que los egipcios fueron quienes comenzaron a desarrollar el pan a través de diversas técnicas para elaborar sus variedades. Existen indicios de que en la cuarta dinastía que tuvo lugar en el año 2700 antes de Cristo se comía el pan ácimo o sin fermentar y las galletas.
Por lo tanto, se atribuye a los egipcios de aquella época el descubrimiento del pan fermentado elaborado a partir de una mezcla de cebada y levadura que más adelante reemplazarían por trigo e introducirían a los primeros hornos para cocinarlo.
Más adelante, los griegos comenzaron a elaborar el pan cuando se enteraron de este curioso alimento por medio de las relaciones comerciales que tenían con los egipcios y fueron perfeccionándolo hasta que en el siglo 3 antes de Cristo lograron convertir a la panadería en un arte.
Fue así como crearon más de 70 panes de diferentes formas, tamaños y consistencias a partir de masas elaboradas con diversos ingredientes, los cuales eran usualmente protagonistas en las mesas de las fiestas religiosas. De hecho, era el alimento predilecto durante los rituales religiosos, pero acabó convirtiéndose en una comida popular.
Con respecto a los romanos fue un poco diferente según la historia, solamente las familias más acaudaladas e importantes podían comer el pan. Para el año 30 antes de Cristo, Roma tenía al menos 300 panaderías que eran dirigidas por expertos provenientes de Grecia.
Durante el reinado del emperador Trajano fue construida la primera asociación de panaderos, la cual se conocía como Colegio Oficial de Panaderos, cuya normativa indicaba que esta profesión se heredaba de forma obligatoria de padres a hijos.
En la Edad Media no hubo cambios significativos en cuanto a la forma de hacer el pan. Sin embargo, en Europa cada vez se cultivaba menos cereales y a raíz de eso hubo mucha hambre. De acuerdo con la literatura de la época, eran tiempos de mucha necesidad, lo cual ha quedado en evidencia a través de relatos como El lazarillo de Tormes, quien se encontraba hambriento y fue ilustrado por el autor de esta obra con la siguiente cita:
«Y comienzo a desmigar el pan sobre unos no muy costosos manteles, como quien tomó una gragea, lo comí y algo me consolé».
Relatos como este son evidencia de que en épocas de crisis, el pan es un alimento muy valorado.
Al final del siglo 18 aumentó nuevamente la producción del trigo y la calidad de la harina mejoró significativamente.
En consecuencia, el precio del pan se redujo, aumentó su oferta y el pan blanco que antes solamente podía ser consumido por las clases sociales altas, ahora estaba disponible para toda la población.
Un siglo más adelante fue inventado el molino de vapor y a partir de su descubrimiento la Industria del pan evolucionó sorprendentemente hasta convertirse en lo que es ahora.